martes, 8 de diciembre de 2009

Carta abierta a Chucho Valdés, de Tania Quintero

Estimado Chucho:

Cuando entre 1982 y 1991 cubrí eventos culturales para el Noticiero Nacional de Televisión, y en general para los Servicios Informativos de la Televisión Cubana, en el ICRT, más de una vez coincidí contigo, aunque nunca te entrevisté, como sí hice con Arturo Sandoval, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, entre otros músicos cubanos.

Siempre seguí tu carrera y la de tu familia, pero ha sido desde que vivo en Suiza como refugiada política, hace seis años, cuando más cerca me he sentido de los Valdés, sobre todo de Bebo, tu padre, un hombre por quien siento un gran cariño, respeto y admiración.

Acabo de leer en El País (http://www.elpais.com/articulo/cultura/Chucho/Valdes/cambia/paso/jazz/afrocubano/elpepucul/20091207elpepucul_6/Tes) tu malestar e indignación porque la prensa oficial cubana no ha mencionado que Bebo Valdés fue uno de los ganadores de los Grammy Latino 2009.

Un dolor que ahora has sentido tu, Chucho, pero desde hace muchos, muchos años, vienen sintiendo los cientos de cubanos que han logrado triunfar en sus nuevas patrias y que su patria verdadera así, impíamente, les aplica una vergonzosa y denigrante ley del silencio, cuando no desaforados insultos y agravios, como hace poco hicieron con Arturo Sandoval.

Con inaudita estupidez, los estalinistas criollos creen que convertirán en no personas, a todos los que hemos disentido o decidido vivir en otras orillas. Y no lo dudes: pueden empezar a hacerlo contigo por esas declaraciones "fuera de lugar". Y si un día decides no regresar, mejor que yo lo sabes, todos los discos, programas radiales y televisivos que te han hecho, serán sacados de circulación.

Sólo por opinar y pensar diferente o por haber decidido vivir y trabajar en otro país, algo que no constituye delito en ninguna nación civilizada. Un derecho contemplado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, de la cual Cuba es signataria desde su fundación, el 10 de diciembre de 1948.

El 19 de julio de 2007 en mi blog publiqué Bebo y Chucho: Al fin juntos! (http://taniaquintero.blogspot.com/2007/07/bebo-y-chucho-al-fin-juntos-el-milagro.html). Todavía se pueden leer los duros comentarios por haberme "atrevido" a publicar tu foto. Porque si en Cuba silencian a tu padre, afuera algunos quieren silenciarte a ti, por esa carta que firmaste en 2003.

Salí de La Habana el 25 de noviembre de 2003, con 61 años cumplidos. Y sé bien cómo han funcionado y siguen funcionando las cosas en la isla donde nací. Y sé que allá, a no ser un Antúnez, un Biscet y dos o tres disidentes más, casi nadie tiene madera de héroe ni de mártir: la vida bajo los Castro es demasiado dura y la gente, para poder sobrevivir y sacar adelante a su familia, se ve obligada a tomar decisiones en contra de su voluntad.

Y también sé que hay intelectuales, artistas, escritores y músicos, que han firmado cartas que no hubieran querido nunca haber firmado -y que tal vez después se arrepintieron, pero ni siquiera públicamente lo pueden decir-, y asistido a actos a los cuales jamás hubieran querido asistir. Ese tipo de "presiones", "fachadas" y "máscaras", esa doble moral, es la esencia misma de los regímenes totalitarios. Y lo que desde hace medio siglo pasa en Cuba, es lo mismo que ya pasó en la URSS, la RDA y los antiguos países de la Europa del Este.

Cuando el 4 de octubre de 2007 publiqué un post titulado Clase de piano (http://taniaquintero.blogspot.com/2007/10/clase-de-piano-por-tania-quintero-quien.html), mencioné a "desertores" y "revolucionarios". Igual hice en Damas de la canción cubana, publicado en mi blog (http://taniaquintero.blogspot.com) en dos partes, el 1 y 7 de marzo de 2008. La música no tiene fronteras y no necesita de pasaportes ni permisos de salidas para darse a conocer, menos en tiempos de internet y You Tube.

En El Jorge Luis Piloto que yo conocí (http://vocescubanas.com/desdelahabana/2009/11/20/el-jorge-luis-piloto-que-yo-conoci/), mi hijo Iván García, periodista independiente como yo, al final puso una Postdata en la cual aclara que fueron cuatro los cubanos que obtuvieron Grammy Latino 2009: Omara, Bebo, tu y el compositor cubano-americano Jorge Luis Piloto, y quien por supuesto, tampoco es mencionado. Pero lo que vale es que su canción premiada Yo no sé mañana (http://www.youtube.com/watch?v=AXIgjQFMCiI), interpretada por el nicaragüense Luis Enrique, los cubanos la escucharán y bailarán.

A Bebo Valdés, como a Ernesto Lecuona, Celia Cruz, Ela O'Farrill, Paquito D'Rivera, Isaac Delgado y Arturo Sandoval, entre otros músicos y compositores "apátridas", no hay silencios, prohibiciones ni censuras capaces de impedir que los cubanos de la isla-presidio los lleven en sus corazones. Tampoco existen bloqueos ni embargos capaces de impedir que nuestros compatriotas allá se las arreglen legal o ilegalmente para conseguir, discos, cassettes, cds y dvds para escucharlos y verlos en sus casas. Desde siempre, si ha habido y seguirá habiendo algo sagrado para un cubano, ésos son sus músicos y sus peloteros, vivan donde vivan y piensen como piensen.

A modo de despedida -y de consolación- reproduzco Bebo, de nuevo (http://taniaquintero.blogspot.com/2008/05/bebo-de-nuevo.html), publicado el 17 de mayo de 2008:

"Bebo Valdés ha estado presente en este blog en varios posts. Ahora vuelve a aparecer, esta vez de la mano de la periodista y escritora Elvira Lindo (Cádiz, 1962). El 7 de mayo de 2008 ella publicó Años robados en El País. A continuación pueden leerlo:

"Las dictaduras no suelen estar hechas a escala humana. Nuestra existencia es tan corta que el afianzamiento de un régimen autoritario conlleva el destrozo de vidas enteras. Ésa es la inconsolable
conclusión a la que se llega cada vez que se lee sobre los que vivieron callando o hubieron de marcharse. El dictador les jodió la vida. La vida de Bebo Valdés, por ejemplo, ese músico genial que con su música y su azarosa historia llenó dos horas del sábado lluvioso de Manhattan, las dos horas de
documental que firma Carlos Carca y que ha ganado el Festival de Tribeca. Me preguntaba qué pensaría ese público neoyorquino, situado con toda seguridad a la izquierda del partido demócrata, que aún conserva el eco de su simpatía por Castro, una simpatía equivocada pero llena de buenas intenciones. Lo mejor de asistir al resumen de una vida es que uno no puede perderse en laberintos ideológicos. Lo que es, es: un niño negro, nieto de esclavos, nacidos con un don y criado en un ambiente donde se favorecía la curiosidad musical. La Habana fue el entorno donde se gestó esa edad de oro de la primera mitad del siglo XX, asombro de los padres del jazz americano que viajaban a la isla para aprender aquellos ritmos prodigiosos. Cuáles son las justificaciones ideológicas que llevan a un régimen a darle una patada en el culo a un tipo como Bebo Valdés? Las preguntas han de ser así concretas, porque la vida humana es concreta y porque es la única manera de demostrar que ninguna idea abstrata merece tanto la pena como para frustrar el futuro de un genio o de un cualquiera. Treinta años pasó Bebo tocando standards en hoteles suecos. Su espíritu agradecido se adaptó a los fríos del norte. Ni un reproche sale de su boca por ese país que le quitaron y esos hijos a los que no vio crecer. Pero no hay aplauso que compense los años robados".

Sinceramente,

Tania Quintero
Lucerna, Suiza
8 de diciembre de 2009
Email: taniaquintero3@hotmail.com

5 comentarios:

BARBARITO dijo...

Buenísima carta.
Vale la pena leerla y releerla.
Me la llevo en el corazón.
Gracias por compartir.

Victor dijo...

Excelente ! Muy bien dicho.

Victor Mozo

http://regardcubain.unblog.fr

Anónimo dijo...

De lo mejorcito que he leido sobre la capacidad destructiva de ese abominable ganster barbado.

Anónimo dijo...

LA revolucion del callo (o cayo, ahora no se. El de los pies. El que cuando te lo pisan gritas y mientras tanto callao (no de los pies sino de callarse) y estate quieto.)

Asi mismo es, asi nos pasa a los mas. Como mismo dice la carta muy pocos son los que se atreven...

Ahora le toco a el...

Anónimo dijo...

Naaaa… la “frustración” ahorita se le pasa. Estuvo muchos años negando al padre y esas cosas “crean hábito”.