martes, 23 de febrero de 2016

Yoani en Nueva York (y Obama en La Habana)


Anoche se presentó Yoani Sánchez en el Instituto Cervantes de Nueva York ante una sala atestada de público. La cuestión que flotaba en el ambiente y que abordó enseguida la periodista fue la próxima visita del presidente norteamericano a Cuba. Yoani afirmó que la visita le parecía positiva pensando en el impacto simbólico que tendría para la población cubana que el máximo líder del país que siempre le ha sido presentado como enemigo los visite y sea recibido por los mismos que no hace tanto lanzaban proclamas antimperialistas. Dijo que al mismo tiempo le parecía bien que hubiera quienes criticaban la visita porque eso obligaría a Obama a actuar de manera más responsable. De cualquier manera, insistió, no creía que hubiera que esperar mucho de la vista porque el problema de Cuba debía ser resuelto por los propios cubanos. Al preguntársele si había posibilidad de que esta nueva fase de las relaciones entre el gobierno norteamericano y el cubano pudiera empeorar la situación ya existente respondió que sí: era posible que en caso de que el gobierno norteamericano cometiera el mismo error que en 1898 durante el Tratado de París [que estableció las bases de la retirada de las autoridades españolas de sus colonias de Cuba, Puerto Rico y Filipinas] de no contar con los intereses del pueblo cubano y negociar con el régimen cubano a espaldas del pueblo la normalización de las relaciones entre ambos países terminara empeorando al situación del país.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

http://www.amigospais-guaracabuya.org/oagea003.php

Nausea dijo...

Siento informarle a Yoani Sánchez que ya ese gesto decimonónico ha sido cometido de nuevo, y de forma bastante obvia, tanto por Obama como por un cierto Don Francisco. Por supuesto, no es nada nuevo ni remotamente sorprendente. Los cubanos, después de todo, son simples salvajes a lo Rousseau, por no decir indios con levita (bueno, levita tuvieron en otros tiempos), y decidir por ellos queda para seres superiores, más avanzados y más sofisticados. O sea, ni que se tratara de canadienses, por favor.